sábado, 23 de julio de 2011

Elogios de la Pseudociencia

Hace unos días estaba leyendo en un blog anti-pseudociencias una nota sobre la terapia alternativa más nueva: La acupuntura integral que, a diferencia de la acupuntura de la medicina tradicional china, consiste en colocar al paciente en una camilla de clavos como la de los faquires de la India. Se supone que con esto debe aliviar malestares y enfermedades, a pesar que no tiene ningún principio medico verdadero e ignorando el hecho que los clavos de la camilla ni siquiera perforan la piel para ayudar al ‘flujo energético del chí’ –como asegura la acupuntura tradicional-, sumando también la una pequeña cosita, pero muy importante: los faquires no son mas que prestidigitadores que de sobrenaturales no tienen nada.

En fin, un cuento mas que agregar a la gigantesca lista de pseudociencias. Pero hoy no voy hablar de la irracionalidad y potencial peligro que éstas representan a la sociedad; tampoco voy a hablar de la actitud a-crítica y dogmática que presentan cosas como el creacionismo, la ufología, la homeopatía o la astrología. Dicen que cada cosa y cada persona tienen su lado bueno, su lado malo y su lado feo. Creo que existe información de sobra que habla sobre el lado malo y feo de las pseudociencias. ¿Pero cuanta información hay sobre el lado ‘bueno’ de la parapsicología, la cerealogía o el psicoanálisis? Realmente muy poca.

Si usted es una persona propensa a creer en cualquier cosa y distorsiona la información y las opiniones de los demás para justificar su creencia, será mejor que lea otros artículos del blog. Si usted es un escéptico que no tiene miedo de gritar “las pseudociencias son tontas”, pero que además tiene una mente abierta, olvídese de prejuicios hacia mí y continúe leyendo. Si usted es una persona común, siga leyendo para después juzgar.

Como es bien sabido, las pseudociencias presentan una serie de características únicas para identificarlas:

Primero. Son dogmáticas, pues funcionan bajo una o varias afirmaciones que, aunque hayan sido refutadas y descartadas una y otra vez, jamás cambia su opinión. Siempre es la misma afirmación. Un ejemplo simple: “lo semejante se cura con lo semejante, pero diluido miles de veces”. De este modo son por completo acríticas.

Segundo. Solo se las tragan personas con poco o ningún conocimiento científico. Las pseudociencias nunca tienen, ni tendrán, un verdadero impacto en la ciencia, de modo que no acuden a los científicos sino al público en común para así, encontrar adeptos. Ejemplo: “la biblia es científicamente exacta, mientras que la evolución no tiene bases verdaderas.”

Tercero. Siempre se harán ver como conocimientos científicos o verdaderos. Ejemplo de esto: “Diet Ring es un anillo magnético que utiliza también los principios de la acupuntura. Sus resultados están CIENTÍFICAMENTE comprobados” o “científicamente hablando, usted necesita desintoxicar su cuerpo. El producto X lo ayudará hacerlo.”

Cuarto. Las pseudociencias son las principales promotoras de la anticiencia y la superstición. Cualquier conocimiento científico o cualquier duda critica presentada a un pseudocientífico, probablemente le contestará, o que la ciencia no puede explicarlo todo y que por tanto su afirmación es correcta; o que la ciencia es solo una forma  fe mas. Habrá quien diga que la ciencia es una religión. Mi ejemplo favorito, es el cómico mundo del creacionismo y del Diseño Inteligente.
Estas características básicas que se pueden detectar de manera obvia con un poco de pensamiento crítico, nos llevan a características obvias solo cuando son refutadas: son irracionales, carecen de validez científica o filosófica, no presentan ningún reto o problema a la ciencia, son un peligro para que las personas piensen de manera critica y en varios casos son la fuente del fanatismo, la intolerancia o de incluso la muerte. Las pseudociencias son un problema público internacional que no debería ser ignorado. (si se me pasó alguna característica importante, por favor háganme saber con un comentario.)

Con todo esto, ¿Qué tipo de mente retorcida podría encontrar algo para elogiar a esta lista vergonzosa de irracionalidades? Tal parece ser que mi mente retorcida es la ideal para elogiar a las pseudociencias. Aunque sea tantito.
Y es que debo hacer una confesión. Sin cosas como los ovnis, la criptozoología y los cazafantasmas, probablemente no estaría hablando de todo esto. Y probablemente nunca me hubiera apasionado, como me apasiona hoy en día, el conocimiento y el pensamiento crítico.

Cuando tenia cerca de 10 años –hace no mucho tiempo-, no podía perderme un solo video de los que presentaba en ese entonces Carlos Trejo en Otro Rollo; en dos años, nunca me perdí una mesa de Adame, en la que ‘investigadores paranormales’ exponían sus ‘pruebas’ de fantasmas, ovnis y duendes; recopilaba en mi computadora, información de todo tipo de avistamientos de monstruos como pie grande, Nessie o el chupacabras; me fascinaba la idea de que pudiera mover objetos con la mente, leer el pensamiento de los demás o de comunicarme con los muertos.

De manera simple, soñaba con ser un investigador paranormal fundando mi propio grupo de cazafantasmas. ¿Todo un sueño de niños? Si. ¿Sueño inútil o irracional? No lo creo. En aquel entonces, como ahora, lo que me interesaba era saber, y nada más que saber la realidad de aquello que me apasionaba. Mi ‘pasión infantil’ me llevo a buscar por mi mismo respuestas a las preguntas que me había planteado. Con el tiempo, encontré más y más razones para dejar de creer en todo lo relacionado a lo paranormal. No encontré ni una prueba de casas encantadas, monstruos chupasangre o naves alienígenas

Un mundo que, a pesar de ser un gran destructor de mitos, era un mundo para descubrir maravillas que aun la pseudociencia mas fantástica haya soñado. Pero lo mejor de ese mundo es que no era solo un sueño de niños.

Así pues, llegamos al lado bueno de la pseudociencia. Puede ser lo más irracional que exista en la cultura; puede ser un peligro para la salud, la ética y el progreso científico; puede ser dogmática y ser la fuente de intolerancia y superstición. Pero la pseudociencia es una fuente magnifica de despertar la curiosidad a un niño.
De preguntarse ¿será real? ¿Cómo sabemos que eso es real? ¿Qué es la realidad? ¿Cómo conocerla? Una curiosidad que, apoyada siempre con el matrimonio del escepticismo y el asombro, puede llevar a un niño a sentir pasiones, anhelos y sentido de maravilla por el mundo. Una curiosidad bien alimentada, ayuda enormemente a una sociedad tan sumida en el prejuicio, el miedo, la irracionalidad y la superstición. La curiosidad es un elogio para toda pseudociencia.

Saber preguntar las preguntas correctas y responderlas con respuestas correctas, y complementarlas con un sano escepticismo, son las claves para mirar en las pseudociencias sus lados buenos, malos y feos.

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*El Mundo y sus Demonios, de Carl Sagan, Editorial Planeta, 1995

1 comentario:

  1. Como siempre excelente entrada. Me apeno por no saber lo suficiente y no poder extender este tema con comentarios.
    Sigue llenándonos con información que tiene lógica ^^

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